domingo, 27 de abril de 2008

LORCA



Desde la primera vez que lo leí,me gusta este poema, por lo sugerente de sus imágenes, por lo evocador de un momento del día concreto, de un lugar, de una temperatura... (a mi me recuerda el momento de la siesta en verano, cuando todos, o casi todos duermen). Me gusta porque cuenta una historia y porque me hace un guiño que me obliga a leerlo de nuevo y a sonreir. Muchos regalos en pocas palabras

SUSTO EN EL COMEDOR

Eras rosa.
Te pusiste alimonada.

¿Qué intención viste en mi mano
que casi te amenazaba?

Quise las manzanas verdes.
No las manzanas rosadas...

alimonada...

(Grulla dormida la tarde,
puso en tierra la otra pata.)

Federico García Lorca

1 comentario:

Sombras en el corazón dijo...

Sugerente, por resumirlo en una sola palabra.

Un beso