miércoles, 28 de julio de 2010

Armadura de azúcar

Por fín ya lo tengo en las manos. Se hizo esperar, pero dentro de una semana estará también en las librerías. Éste es mi nuevo libro: "Armadura de azúcar" publicado por Dolmen Editorial.




FONDO DE ARMARIO

Sandalias,
traje nuevo,
un pensamiento alegre,
un imposible
oculto en el armario,
apolillando
los átomos de duelo,
las partículas
de esfuerzo innecesario
cuando quisimos ser lo que otros fueron.

Un pensamiento propio,
un paso sólo nuestro,
a veces a compás,
a veces alocado o descompuesto,
una arruga,
un deseo robado al subconsciente,
un beso que nos damos,
una sonrisa que nos merecemos,
un sombrero estrambótico que hace
que pongamos el mundo por sombrero,
un color llamativo
que ensordece
las luces donde quieren que esperemos.

El amor,
con fonemas que no entienden
de orden ni concierto,
se expanden, se separan, aterrizan
envolviéndonos juntos en un juego
que crece y se propaga
en proporción a cuánto lo ofrecemos.

No caben decepciones,
las baldas
están abarrotadas de lo que más queremos.
Un nombre -nuestro nombre-
en el primer estante,
y luego, en cada percha,
todos los nombres que nos quepan dentro.

EM

viernes, 23 de julio de 2010

poesía negra

Aunque no soy muy partidaria de las clasificaciones me gusta jugar con los conceptos.
En este caso el de "poesía negra". Al plantearme qué podía significar para mí pensé irremediablemente en los tangos. Luego me fui a autores concretos, inclasificables todos.
Ésto surgió con la invitación a participar en una lectura de poesía negra organizada por la asociación Poetas del Mundo en La Semana Negra de Gijón, en la carpa de Radio KRAS. En la lectura participaron: Xuanxo Bardivia, Carlos Rubio, Chema Rubio, Esther García, Juan José Domínguez Piris y Esperanza Medina.
Esther García lo explica en su artículo de La Nueva España



Un momento del recital, con Esther García, Xuanxo Bardibia y Chema Rubio

Dejo aquí uno de los poemas de mi lectura, aclarando que si se hubiese tratado de leer poemas de amor podría haber leído exactamente los mismos.


CRIMEN INCRUENTO

Eran tijeras.
Rojo.
Y rasgaban el tiempo
igual que aquella piel que no decía nada,
ni sangraba,
ni escondía debajo del tormento un gemido.
Eran tijeras,
o quizás un puñal,
o es posible que fueran unas palabras frías
-de amor, dicen algunos-.
Era rojo el dolor, y hielo, y lento,
lo mismo que una muerte que no llegaba nunca
regalando mentiras con el descanso eterno.

Nada hay más brutal
que un crimen de palabras incruento.

EM


Queda abierto el debate sobre la "poesía negra"




Una foto del grupo al completo. Tods ellas gentileza del poeta y cantautor colombiano Carlos Rubio.