Doblábamos los dos,
sin comprenderlo,
la misma servilleta.
Yo la hacía un cuadrado casi exacto
al bolsillo interior de tu chaqueta
(tu corazón tan cerca…).
Tú ponías tres picos, elegantes,
hirientes como astillas de madera.
EM
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8 comentarios:
Como ves, el corazón es una víscera que bombea sangre,y la elegancia, casi siempre, el envoltorio..poco más..
Precioso..¡¡
Me alegro de que te haya gustado mi poema.
Esperanza,no me atrevo a doblar mi comentario, del triángulo equilátero paso al círculo, y el cuadrángulo se desparrama.
Me gusta por cotidiano.
Sergio Astorga
Esperanza, acabo de leer tu último artículo publicado en La Nueva España, y me ha gustado mucho, igual que este poema, tan sencillo que es imposible no sentir una cosquilla en el corazón y sonreir...pienso que tal vez la poesía, que nos rodea inevitablemente en cada pequeña cosa, a veces nos toca tan profundo que nos asusta, y quizás es por eso que salimos corriendo, pero en estos tiempos tan modernos y tan locos, no podemos ignorar el hecho de que la necesitamos para reencontrarnos en ella y recordarnos quiénes somos...me alegra mucho ver que gracias a personas como tú la poesía sigue latiendo y haciéndose un hueco en nuestros corazones.
Un saludo, Sonia, Avilés.
Sonia, gracias. No sólo por lo que dices de mi poema o de mi artículo, sino por compartir esa necesidad inexplicable y profunda de poesía.
Un saludo.
Sergio, doblar las palabras, desdoblarlas y convertirlas en nuevas formas es una de mis mayores pasiones. Y si hablamos de triángulos, los prefiero escalenos: más variedad de ángulos.
Un saludo
Felicitarte por el poema y decir que que tu poema es una alegoría de vida:él,ella y la vida pero,en ocasiones termina por azar siendo un cuadrado.A.Dulac
Gracias, A.Dulac, siempre es agradable saber que alguien más que yo misma disfruta con lo que escribo.
Un saludo
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