
Yo que no supe nunca gobernarme
(mi nave viene y va donde la llevan)
quise inventar timones,
descerrajar aldabas, pasadores…
cada vez que cerrabas una puerta.
Vestir tus gestos
con palabras mías
para poder soñar otra apariencia.
Y yo,
que no supe nunca volar sola,
quise hacerme cometa,
y enredar en tu mano,
cada noche,
mis hilos y esta piel que vive alerta.
EM
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