MIRADAS
Yo lo noto.
Un par de minutos sentado en la cama, después,
me incorporo y coloco la piel en mis huesos.
Camino en la única dirección posible (el baño)
bostezando una vida, cansado.
Yo lo noto.
Salgo a pasear y veo aquellos niños mayores
vestidos de traje con barba jugando al escondite,
¿ellas? Niñas mujeres pintadas con colores naturales
envueltas en misteriosas miradas –siempre ellas-.
Yo lo noto.
Los amigos de siempre, muy viejos, contando
viejas historias que ni ellos recuerdan.
Están como siempre cuando los miro.
Yo lo noto.
Duermo cuando nadie lo hace. Sueño con caballos
que galopan por praderas y todas esas cosas.
Yo lo noto.
Me anima saber que, cuando me traes el vaso
de leche caliente a la cama, también lo notas tú.
Guillermo del Pozo (de Segundos fuera)
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