DE ADÁN Y EVA
¡Qué cosas!
he encontrado
en esa fuente oscura del invierno
una serpiente tibia
inusual y sorprendentemente despistada
rozando mis tobillos
helados por el frío de la fuente y por la nada.
Me he descubierto así
-la náusea ausente-
inmóvil al deseo
soñando esa caricia serpentina
deslizarse en mi piel,
abandonada.
Imaginando a un tiempo que tal vez,
más tarde,
encuentre mi consuelo la manzana.
(no sé qué será peor...)
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1 comentario:
Entre la nada y la serpiente, comprendo que a esta se le mire bajo otro punto de vista más cariñoson.
Si yo no sé porque le tenemos tanto repelus...
Muy bonito.
Un beso grande.
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