sábado, 16 de febrero de 2008

LA PALABRA



En 1957 el poeta argentino Oliverio Girondo publicaba un libro titulado En la Masmédula, éste es un retrato suyo y éste uno de sus poemas.





Por favor, leedlo al menos una segunda vez, sin prejuicios, la palabra es un elemento moldeable y polisémico aunque no se le reconozca su significado exacto, aunque no exista en ningún diccionario. Si somos capaces de admirar cualquier visión alejada de la realidad en la pintura, como el surrealismo o el cubismo, ¿por qué nos resulta tan difícil admitir que eso suceda con la palabra?. No estoy diciendo que éste sea un poema sublime, pero sí un experiemento interesante al que me acerca mi relación con la palabra (una tentación a la que es difícil sucumbir, ni Cortázar pudo hacerlo en su genial fragmento de Rayuela "Apenas él le amolaba el noema...").
En fín, el poder de la palabra...





PORQUE ME CREE SU PERRO

Y SACARÉME LA NIEBLA
el turbio zumo oscuro del traspienso
la pulpa
la soborra de mente
toda su gris resaca me sacaré hasta el meollo
antes de que se asiente
la áspera espera arena taté teté yo y lamí
y tragué yo en la sed
a trago tardo largo
lo hueco
lo plenamente hueco y que no es más que hueco
pero crece
sin fin ni sino o causa o pauta o pausa me sacaré
yo el lastre que no lastra
por no saber a piedra
por no saber saber
ni saber no saber
los decesos del seso y sus desechos me sacaré yo
de pie
junto con tanta sombra sórdida que sobra de
cuando fue y no fue
o fue fue
y no se fue
aunque retorne el árbol del primo primo simio
me sacaré yo sin tino la maraña
demasiadísimo humana
y mil y miles vueltas y revueltas y contras y
recontras
y sus colas
y sus entelequias y emocioncitas nómadas
y más y más
de cuajo me sacaré el obtuso yo zurdo absurdo
burdo que aún busca ser herido aunque sonría
entre otros obvios sordos escombros naturales
y restos casi muertos de algún yo otro propio
que todavía ulula
porque me cree su perro.

(Oliverio Girondo, de En la Masmédula)

2 comentarios:

Tucuman 846 dijo...

Sorprendente poema, sí. A veces me pregunto porqué allá en América parece siempre más fácil ese juego, ese experimento del lenguaje que recorre los poemas de Vallejo, el capítulo 68 de Rayuela que citaste o las declaraciones (¿recuerdas?) de ruptura ortográficas de Gabo en aquel Congreso.
Gracias por el descubrimiento.

Esperanza dijo...

¿Sabes? A veces tengo la sensación de que me queda tanto por descubrir en esto de la palabra que me veo como una niña pequeña y simple (absurda en un juego que le queda grande), pero me consuelan las cosaquillas que siento cuando otros la utilizan.
Un saludo