A veces se me escapan las palabras de las manos, no dicen lo que pienso, me traicionan y cuentan lo que siento.
Yo las miro, incrédula, extrañada, sigo su vuelo, absorta, con la vista, noto su dardo amargo en la garganta.
A veces las palabras se apiadan de mi, traen a mis labios tu piel, a mi alma tu beso, y luego, absurdas, caprichosas, se alejan con el viento, se giran y me guiñan ese dulce ojo azul que hoy no tengo.
(de Escrito con la a...)
El constipado del sol, con las ilustraciones de Elena Fernández
4 comentarios:
¡Qué no se diga que no pasé, jeje!
Será por el título de tu libro por lo que pusieron la calefacción de la sala a todo lo que daba.......
Me encantó escucharte.
Jorge, pasar, pasaste, lo certifico, pero te perdiste el vinín de después :)
Marta, mejor veros coloradinos a todos que ateridos de frío...jejeje.
Gracias por estar.
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