jueves, 7 de mayo de 2009

POETA

Era una mano de hombre.
Con sus dedos,
su palma,
sus líneas de la vida.
-Todo fuerza-

Era mano de niño,
con su impulso,
su ingenio,
su peonza y su prisa.
-Todo vida-

Y es el calor del hombro y el consuelo,
y el sillón que te espera con la estufa
encendida. Y el chocolate tibio
que arrincona el invierno.
Es la voz
que llama sin hablar a tu sonrisa,
que escribe tu pasado y tu futuro
aún sin conocerlo.

Sus poemas me crecen sin quererlo.

Es una mano amiga.

EM

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