domingo, 8 de febrero de 2009

hace 23 años

MIS MANOS

Te las doy.
No tienes por qué cogerlas.
No están limpias de nada,
están manchadas
de todo lo que soy,
de toda la mentira
y de toda la verdad
que hay en mi.
Mis manos.
Te las doy;
aunque no tienes por qué cogerlas.

(de Escrito con la a...)

10 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Cuánta belleza en ese acto de entregar unas manos con todo lo que somos. El poema es precioso, Esperanza. Un placer leerte, siempre.

Esperanza dijo...

Gracias, Marisa. A veces olvidamos aceptar la parte menos atractiva de los otros. Lo que somos no tiene por qué ser perfecto.

Sergio Astorga dijo...

Esperanza,interesante poema, el problema y ventaja de leerte fraccioonada, es decir, un poma cada vez. A quí tu voz poética confronta,afirma,reafirma,la sutileza no es de imágenes es de hechos, de verdades a defender y a difundir.
Te leo con intensidad.
Sergio Astorga

Esperanza dijo...

Gracias, Sergio. también yo llego a tu obra de forma fraccionada, a través de tu blog. No es la peor manera de llegar a alguien, siguiendo huellas.

Un saludo

hombrepez dijo...

Sólo están limpias las manos que no se han usado...pero son muy tristes.

Una mano que se da nunca mancha.

Un abrazo.

Esperanza dijo...

Es cierto, hombrepez, la vida no es aséptica.

Un saludo

Anónimo dijo...

Las manos son quizás la parte que más nos delata,por encima de la mirada y las palabras y que siempre están ahí esperando ser...utilizadas,un fuerte apretón de manos para ti Esperanza.A.Dulac

Jorge Iván Argiz Reboiro dijo...

Me encanta, como siempre

Esperanza dijo...

A.Dulac, las manos son un símbolo del contacto, de la cercanía. Una mirada dice mucho, pero las manos tocan y nos tocan.

Un abrazo

Esperanza dijo...

Jorge, es un poema de hace mucho tiempo (23 años más o menos), pero sigo pensando lo mismo: la vida nos mancha de muchas maneras, y eso no es necesariamente malo.

Un beso