domingo, 9 de mayo de 2010

de "Armadura de azúcar"

Una imagen un tanto melancólica del jardín francés del parque de Ferrera en Avilés que tomé esta semana.





Tráeme un hilo de seda,
delgado y transparente,
enhebrado en la aguja del olvido.

Haz que sea invisible,
no es bueno que se noten las puntadas.
Dame una hebra muy fina,
que no dañe al coser el alma herida.

Busca adornos de flores,
sonrisas y esperanzas,
que cubran cicatrices y zurcidos.

Tráeme un hilo… cualquiera,
urge coser los trozos
que me quedan.

EM

5 comentarios:

J.Garés Crespo dijo...

Encontrar un hilo para ordenar el caos de la vida.... Este es el origen de la filosofía. Un tratado de ontología en 13 versos. Genial Esperanza.
Besos.

Esperanza dijo...

Gracias, José, no pretendía yo tanto con este poema, pero me alegro de que tú lo hayas encontrado. La vida es complicada y el orden la simplifica para ayudarmos a sobrellevarla.

Por cierto, tu libro está siendo un complejo laberinto por el que siempre es agradable transitar.

Un abrazo

J.Garés Crespo dijo...

No desesperes, amiga. Te aseguro que me pasa a mi, a veces. No siempre sé qué quise decir..

Por cierto, ¿cómo va la gestación/publicación de tu nuevo poemario?.

Esperando...

Esperanza dijo...

José, no es desesperación en absoluto, para mí los laberintos son estimulantes retos que me alejan de la monotonía. No sé muy bien porqué pero siempre me los imagino vegetales, soleados y vivos; vivos como el propio cerebro. Lo dicho, estimulantes.
En cuanto al libro, saldrá pronto, creo. Cuando me llegue la primera noticia de ello lo pondré aquí. Estoy deseando tenerlo en las manos.

Besos

Cani dijo...

¡Las heridas del alma¡ que no nos hurguen en ellas; y menos quienes nos las inflingen.
Un saludo