
NÓMBRATE
Salpica de impaciencia y de premura
ese espejo que esquivas
[ mírate como eres]
Pon tildes a palabras que te nombren
por tu nombre primero
[quiérete como eres]
Respira con mayúsculas
eso que lleva el aire y no percibe
otro llanto que el tuyo
[ llórate como eres]
Destierra la mirada de los otros,
las manos de los otros,
los labios de los otros,
que un torrente brotando de tus ojos
te libere por dentro
[suéñate como eres]
Y así
mira, quiere, comprende y sueña el nombre
que sólo a ti se debe.
Ese nombre
por el que te reconocen los cerezos.
Nómbrate.
EM
5 comentarios:
Habrá que nombrarse, aunque a veces cueste y si nos armamos de valor quizá nos atrevamos a deletrearnos.
Un saludo.
Esperanza, ser reconocido por los cerezos tal vez sea buen síntoma para recordar que nos llamamos, y ese nombrar es lo más nuestro.
Me gustan los poemas de doble voz, una imperante, otra reflexiva.
Un abrazo a mi nombre.
Sergio Astorga
Sergio, Hombrepez, a veces reconocerse a uno mismo es lo más difícil.
Un abrazo
Espe, qué poema tan bonito!!!
Me alegro de que te guste, Reyes, es uno de los pocos que escribí en Cangas.
Un beso
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