SOMBRAS
Decenas de luciérnagas dormitan.
Ni mis pies cautelosos
ni mi aliento discreto
ni la voz olvidada de un latido
se atreven a moverlas.
Quizás la oscuridad lo envuelva todo…
pero sin luz no hay sombras,
sin sombras no hay dolor…
Amor, no vuelvas a mirarme,
no sea que despierten las luciérnagas.
EM
2 comentarios:
Felicitaciones por tu nuevo libro, Esperanza. Los poemas que publicas en el blog son bellísimos. Tu espacio es un buen descubrimiento. Un abrazo
Gracias, Lauren. Me alegro de que te gusten los poemas de mi blog, a mi también, por eso los traigo aquí, para compartirlos.
Un saludo
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