A veces se me escapan las palabras de las manos, no dicen lo que pienso, me traicionan y cuentan lo que siento.
Yo las miro, incrédula, extrañada, sigo su vuelo, absorta, con la vista, noto su dardo amargo en la garganta.
A veces las palabras se apiadan de mi, traen a mis labios tu piel, a mi alma tu beso, y luego, absurdas, caprichosas, se alejan con el viento, se giran y me guiñan ese dulce ojo azul que hoy no tengo.
(de Escrito con la a...)
El constipado del sol, con las ilustraciones de Elena Fernández
4 comentarios:
Esperanza, mi espada y mi copa veo que tienen contraparte.
Espero que todos los entuertos queden resolvidos.
Un abrazo de camarada.
Sergio Astorga
Sergio, más con copas que con espadas han quedado resueltos todos los entuertos.
Un abrazo desde este carnaval.
Llevo un rato en tu blog y voy a salirme ya porque me pongo triste de la morriña...No sin antes preguntarte: eso es en un bar de El Carbayedo, no?
Gracias. Un abrazo.
Vaya, siento que te haya producido morriña mi blog...
No es un bar del Carbayedo, es del Quirinal, supongo que muchos bares se parecen.
Un saludo
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